'You need to calm down' es una oda al orgullo LGTBIQ+ en pleno mes de junio. Taylor Swift ha juntado a los rostros más significativos de la comunidad estadounidense para recordar al sector homófobo del país, que tiene que calmarse, que amarse nunca es malo y menos aún si te gusta alguien de tu mismo sexo.
Homófobos, si me queréis irse
Con versos como "controla tus impulsos para gritar a toda la gente que odias", Taylor Swift busca denunciar la opresión que sufre el colectivo LGTBIQ+ en Estados Unidos a pesar de ser idolatrado y aceptado por el sector progresista del país.
Y es que, la América que rige las industrias culturales no solo abraza el amor entre cualquier tipo de ser humano, sino que además se esfuerza por visibilizarlo en sus productos. Cam y Mitchel llevan una década colándose en los hogares americanos para demostrar que su matrimonio y concepto de familia es tan válido como el de Jay y Gloria en 'Modern Family'.
Artistas como la propia Taylor Swift, Madonna, Lady Gaga o Katy Perry, entre otras muchas, tienen muy presente que una gran parte de su fandom pertenece al colectivo homo, bi o trans y que por lo tanto ellas también tienen la responsabilidad de reivindicar sus derechos y visibilizar los momentos de opresión que sufren. Por mucho que Obama aprobase el matrimonio homosexual en todos los estados americanos, sigue existiendo un rechazo por parte de los sectores más rancios conservadores de la sociedad.
Si hace tan solo unos días saltaba la noticia de que la televisión pública de Alabama había censurado un episodio de la serie de dibujos 'Arthur' porque aparecía una boda gay, hoy, Taylor Swift pretende concienciar desde su ámbito de actuación, el cual no puede ser vetado por ninguna cadena de televisión.
Y sí, el abrazo de Katy y Taylor ha quedado para la posteridad y los tiempos de malos rollos y serpientes parecen haber terminado, pero aunque 'You Need to calm down' también puede hacer referencia a eso, el leitmotiv es otro. Se trata de dibujar un retrato de la sociedad americana donde el amor, los colores y la diversidad deberían de ser suficientes para aplacar el discurso del odio. Si Taylor y Katy Perry han podido superar sus diferencias vestidas de hamburguesa y bolsa de patatas ¿cómo no va a poder abrazar el movimiento RuPaul la sociedad americana?
