La crisis económica mundial que se inició en 2008 cambió para siempre cualquier tipo de paradigma laboral que había existido hasta entonces. Se inició una hecatombe que derribó los cimientos del mundo occidental como los habíamos conocido y un único manual de supervivencia: Adáptate, vuélvete multi-tarea y emprende. Emprende mucho y muy fuerte.
De entre todas las profesiones afectadas, el periodismo destaca en el top. La precariedad, las condiciones de los becarios, la crisis del papel, el auge continúo de lo digital, la llegada del clickbait o los lobbys detrás de grandes medios. Más piedras en un camino ya de por sí difícil.
Dentro del periodismo, el deportivo está sufriendo sus propios cambios estructurales y de hábitos. Polarización Madrid-Barça, convertir las tertulias e informativos en una especie de ‘Sálvame’ y la llegada del siempre odiado fútbol moderno.
Pero cual Asterix y Obelix, una serie de periodistas deportivos han sabido aplicar el manual de supervivencia citado arriba y resistir a los romanos en una aldea llamada YouTube.
Los Neill Armstrong del periodismo deportivo
Si hay un tópico que no peca excesivamente de irreal, es el del perfil de periodista deportivo de carajillo y palillo en la boca. Una profesión “old school” y conservadora que no acababa de pasarse al siglo XXI. Pero como la tripulación del Apolo 11, una serie de periodistas quisieron romper con los clichés y pisar YouTube por primera vez. Crearon sus respectivos canales, abrieron una brecha generacional y adaptaron el periodismo al lenguaje audiovisual de los youtubers.
“Estos tíos son unos estafadores, están ganando mucho dinero sin hacer nada, ¿cómo pueden cobrar eso por hacer el tonto?"
En una entrevista que Dani Senabre concedió a Vice, el periodista de la COPE confesó que, tras entrevistar a un youtuber, escuchó farfullar a varios compañeros. Un prejuicio que no es exclusivo de su gremio, pero que subraya el salto entre dos mundos. En uno de ellos, se considera “no hacer nada” a escribir, producir, grabar y editar tu propio contenido. Por el contrario, cinco tipos sentados en sillas y gritándose con bufandas al viento, lo consideran periodismo.
Esta lucha contra la ironía más la amplitud de miras que les proporciona ser de otra generación, empujó a Dani Senabre, Rodrigo Faez, Rafa Escrig, Abel Rojas, Miguel Quintana, Miguel Ángel Román o Andrés Cabrera a abrir sus propios canales de YouTube. Un lugar donde exponer de manera libre su visión del periodismo, del deporte y también de sus pasiones o su lado más freak. Pero sobre todo, un lugar alejado de los gritos de Roncero.
Rodrigo Faez, o cuando el fútbol suena a brit-pop
Podríamos decir que es el Alex Turner del periodismo deportivo: pop anglosajón como banda sonora a su estilo anárquico y desenfadado en ‘Los lunes al gol’ en Gol TV, un toque más clásico en Bein Sport y desenfreno absoluto en YouTube. Pero ni esta definición haría justicia a un periodista que además tiene su propia banda (Yellow Brick, un guiño-homenaje a los Arctic Monkeys).
Faez dice cosas tan atrevidas como “España en general tiene un problema muy grande con los tópicos estúpidos que hay en Youtube: por culpa de la estrechez de miras y muchos complejos nos estamos perdiendo cosas increíbles”.
Dani Senabre: Look at the bright side of the life
Senabre colabora en la COPE rodeado de varios mitos del periodismo deportivo español, lo que le hace brillar con luz propia por diferente y raro. En un lugar que aún huele a puro y a los clásicos soniquetes de Pepe Domingo Castaño, Dani in the Jungle aporta contracultura y orgullo friki. Como ocurrió con el principio de ‘Up’, el periodista te hace llorar en apenas minuto y medio con el vídeo con el que se presentó en YouTube.
Si de verdad consigues verlo sin emocionarte, te aseguro que no eres de este mundo. Y como ocurre con Faez, Dani también reivindica la plataforma: “Mis compañeros de profesión lo consideran de losers, lo que hace que aún me guste más”.
Ecos del balón, la Real Academia Española del Fútbol
Abel Rojas y Miguel Quintana son como Lennon y McCartney pero sin pique creativo. Ambos han quitado el ruido que genera el fútbol para volver al origen con Ecos del balón. El deporte. El amor por el juego. Estudiosos de la táctica y amantes de la quietud, el canal que han creado es un rollo muy distinto al del resto de compañeros que se han pasado a YouTube. ¿La pega? Sólo para muy amantes del "balompié".
Rafael Escrig: Hago lo que quiero, cuando quiero y porque quiero
A diferencia de otros periodistas con canal de YouTube, Rafael Escrig no está en la primera plana mediática deportiva. Se parece más a esos futbolistas jornaleros que cambian cada año de equipo y que no les importa fichar por un club escocés, jugar en la segunda división o hacer las Américas. Es por ello que desprende una actitud tan emprendedora en sus vídeos y una atracción a eso que se ha denominado como “infrafútbol”. Una mirada a lo más escondido, cueste lo que cueste.
Miguel Ángel Román, cuando uno viene de lo grande y busca lo pequeño
A la voz de las retransmisiones de Bein Sport le interesan cosas tan alejadas del tópico del periodista deportivo como las galas de ‘Operación Triunfo’ que adora comentar en Twitter. Su canal es el más casero de todos: móvil en mano y plano selfie para contar las últimas vicisitudes sobre la actualidad deportiva. Aún así, le aplaudimos que se haya arrojado a los brazos de YouTube.
Andrés Cabrera, el fútbol hecho cápsula
El canal de Andrés Cabrera es una buena menestra de verduras al horno. Tiene calabacín, berenjena, puerro, cebolla, pimiento verde e incluso champiñones. Las inquietudes culturales del periodista se han ido abriendo paso en forma de vídeos sobre viajes, ciudades o historia.
Cabrera ha comprendido el lenguaje youtuber y parece aplicar la ley de “no dar la turra” a tenor de la duración media de sus vídeos: tres minutos. Pero aún hay más, Andrés forma parte de Campeones, un caramelo en forma de proyecto junto a Guille González y Juan Arroita.
Campeones, el canal que estás deseando verlo en Netflix y con capítulos de 50 minutos
Casi medio millón de suscriptores en YouTube y veinticinco mil followers en Twitter indican en qué terreno nos estamos moviendo. El caramelo del que hablábamos hace tres líneas es el canal que forman los mencionados González, Arroita y Cabrera. Un formato que ellos mismos dividen en temporadas, como las series de Netflix o HBO, y que incluye un punto de vista distendido del mundo del fútbol.
Una de sus secciones recurrentes es 'Draw my life', ilustraciones con las que narran biografías de las grandes estrellas mundiales o distopias "What if..." para saber cómo sería Messi en el Madrid o Cristiano en el Barça.