Conocido científicamente en inglés como Autonomous Sensory Meridian Response (traducido Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) y popularmente como "los sonidos que dan gustito", el ASMR encontró su lugar en YouTube el 26 de marzo de 2009. Ese es el día en el que WhisperingLife inauguraba su canal con un vídeo carente de imagen y en el que una chica susurra porque le gusta escuchar los susurros de otras personas.
Antes de llegar a YouTube y de ser bautizado por la usuaria Jennifer Allen en un grupo Facebook, el ASMR ya corría por internet a base de foros y artículos de blogs. Pero el boom mediático no llegó hasta que ese primer vídeo de WhisperingLife inauguró una de las corrientes youtubers más populares. Una década después, este tipo de publicaciones se ha multiplicado hasta el punto de dividirse en subcategorías que llegan a usar perretes como protagonistas. Pero por el camino, también se abrió la veda de la degeneración.
"Ruidos porque sí"
Recopilados por Korah para su última publicación, la retahíla de malos ejemplos ASMR alcanza límites cómicos. Creadores que en sus vídeos sensoriales aparecen comiendo cangrejos, rascándose la camiseta, sacudiendo balletas de cocina (¿?) o dando golpecitos a un iPhone en lo que parece un doble ejemplo de ASMR Mal y Product Placement Mal.
Uno de los canales mostrados por el youtuber es el de BlovesASMR Eating Her Way. Un perfil con 371 mil suscriptores y vídeos que en algunos casos superan el millón de visualizaciones. Esta videocreadora pertenece al subgénero que auna comida y ASMR.
Según explica Korah en el vídeo, la mayoría de perfiles que se dedican al ASMR hoy en día lo hacen "porque sí". Sin ningún propósito, sentido e intención creativa, son "una saturación de sonidos forzados y caóticos. Son sandía todo el día, todos los días. Los vídeos ASMR de hoy en día son repetitivos, nada originales y aburridos. Por no hablar del asco que me da escuchar a la gente masticar o ruidos con saliva".
Korah plantea una comparativa entre la nueva corriente ASMR y publicaciones más relajadas que utilizan materiales de mayor elaboración o incluso los que no tienen como intención la creación de placeres sensoriales. Entre estos últimos, el youtuber ofrece un par de recomendaciones. My self reliance es el canal cuyo propietario ha mostrado el proceso en el que construyó una casa en medio de un bosque canadiense ("lo más parecido a ser un viejo mirando una obra"). El otro ejemplo unintentional es el de Luke Towan, que sirve para introducirnos en el "mundo de los dioramas".