La faceta inclusiva y feminista de Bad Bunny: honesta o no, llega a 14 millones de personas

La faceta inclusiva y feminista de Bad Bunny: honesta o no, llega a 14 millones de personas
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Los últimos videoclips de Bad Bunny han dado mucho que hablar por su cambio de discurso. El mismo trapero que cantaba frases como "No me hables de amor verdadero. Yo tengo una colombiana y se lo meto entero" publicó hace un mes un tema contra la violencia machista y ahora otro sobre la diversidad de género.

¿Lavado de cara o deconstrucción?

'Solo de mí' supuso un antes y un después en la carrera de Bad Bunny tanto que el mismo sabía que el tema iba a generar polémica. Y así fue. Sus seguidores rápidamente se encargaron de recordarle en los comentarios de Instagram que sus temas anteriores no eran precisamente un alarde de feminismo.

 

Y razón no les falta. En plena cuarta ola feminista son muchos los que buscan hacer suyo este discurso con el objetivo de ganar adeptos y conseguir sus objetivos. Por mucho que corrientes sociales como el feminismo, el ecologismo o el veganismo estén sustentadas en valores sociales no dejan de estar exentas de ser convertidas en un producto de consumo más.

Pero vayamos más allá. 'Solo de mí' no es el único tema que representa un cambio de dirección en el discurso del trapero. Su último tema,'Caro', se centra en visibilizar la diversidad de género y la heterogeneidad de identidades que nos rodea. Como si fuese una revisión del '¿A Quién Le Importa?' de Alaska, la nueva canción de Bad Bunny trata de visibilizar que no hay nada malo en ser diferente, sino que es algo normal que no debería de generar ningún tipo de debate o rechazo: ¿Qué carajo' te importa a ti? Ey. Cómo soy yo, ey. Qué digo yo, ey. Qué hago yo?

En menos de un año hemos pasado de escuchar perlas como "Tú sabes que tú eres mía" extraída de su canción con Drake a mensajes como "Yo no soy tuya ni de nadie" que forma parte de 'Solo de mí'. Si las dos últimas canciones son propaganda barata, sus próximos temas tirarán la careta morada al suelo.

Si, por el contrario, se trata de un comienzo hacia la deconstrucción de sí mismo, bienvenido sea. Que un trapero que se hizo famoso objetivando a la mujer se dé cuenta de su error y cambie el rumbo de su carrera hacia un discurso igualitario puede ayudar a concienciar a la audiencia masculina que está incluida entre sus 14 millones de seguidores presentes en Instagram.

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