He de confesar que tenía la esperanza de que Esti Quesada fuese algo así como nuestra Lena Dunham y que su serie fuese ejemplo del talento emergente en Youtube. Y, aunque soy consciente de que el primer capítulo no debe ser motivo para juzgar toda una obra, en este caso la carta de presentación ha sido un bluf en toda regla.
El guion es más previsible que una comedia de Jennifer Aniston
Aunque sabía que la serie tendría tintes autobiográficos y mostraría la vida desde el filtro gris de Soy Una Pringada, sinceramente, me ha parecido todo aburrido y previsible. Los diálogos están forzados y enfocados únicamente a que el personaje de Esti se luzca y pueda meter los chascarrilos de La Veneno y otras divas de la cultura pop patria a las que admira.
El principal problema es que la guionista irrumpe por todos los lados para definirse así misma en cada uno de los diálogos de los personajes. Los personajes de Milo o Gisela tienen un único objetivo (al menos en el primer capítulo): dar información sobre la protagonista de forma indirecta para que todos veamos lo rotísima que está por dentro.
Podríamos decir que el egocentrismo disimulado y la repetición de información son los factores que dificultan que la trama funcione con fluidez. El problema no es que escuchemos a Esti Quesada en las frases de Milo y Gisela, sino que además repite todo el rato la misma información en acciones y diálogos.
Reitera lo mal que está una y otra vez tanto en las frases ajenas como en los momentos off the record. Romper la cuarta pared funciona en series como 'The Office' o 'Parks and Recreation' porque los personajes aportan info extra al espectador a través de esta fórmula, aquí, seguimos viendo lo mismo: a Esti siendo hater y haciendo los mismos chistes.
Cosas sin justificar e interpretaciones forzadísimas
Mientras que Gisela defiende muy dignamente su papel de estudiante de Bellas Artes amante de Mr. Wonderful, Esti y Milo hacen todo el rato de sí mismos, pero en versión guionizada. Se limitan a sobreactuar haciendo apología del hateo más básico y repitiendo palabras como "chica" o "fantasía".
Por último, hay dos aspectos más que no acaban de fluir en el piloto: el uso de lo escatológico y la violencia para justificar el comportamiento sin sentido de la protagonista. Para argumentar la violencia Quesada le cuenta a Gisela que su película favorita es 'Welcome to the Dollhouse', un film que habla de cómo una chica acosada se convierte en acosadora. Y...¡Oh sorpresa! a Esti le gusta esa película porque la define a sí misma y ¡Oh, sorpresa, de nuevo!, Gisela es su nuevo flanco acosable.
Por otro lado, lo escatológico sale de la chistera en el momento en el que el personaje de Esti comienza a comer con la boca abierta delante de Gisela, cuando anteriormente en la escena no lo había hecho. Y, aunque este tipo de recursos funcionan muy bien a la hora de generar incomodidad en el espectador, en este caso no encaja en la configuración inicial del personaje y parece metido a calzador.
Por ejemplo, cuando Carmina Barrios en 'Carmina o Revienta' come yogures en una escena, te genera incomodidad como espectador, pero sabes que encaja en el personaje. No resulta raro. Genera la incomodidad propia de ver un plano así, pero fluye porque es coherente con el comportamiento que ha tenido el personaje en los minutos anteriores.
Da la sensación que Esti Quesada ha querido meter porque sí cosas de aquí y de allá de directores y personajes a los que admira. Y eso está genial, todos los realizadores plasman sus referencias en sus obras, pero en este caso tal batiburrillo de cosas aporta incoherencia a la presentación inicial de los personajes y muestra unos cimientos endebles.
Ver todos los comentarios en https://www.thewatmag.com
VER 4 Comentarios