Por mucho que nos guste la canción de The Buggles, el vídeo no mató a la radio, simplemente la complementó. Lo que realmente produjo fue que, gracias a la aparición del videoclip, las grandes bandas ya no estaban obligadas a realizar giras eternas y mandaban cintas por todo el mundo para que el público pudiera disfrutar de las actuaciones grabadas de sus músicos favoritos. Pero como pasa con las grandes creaciones que transcienden de su propia esencia para convertirse en algo más, la industria intuyó un extra en este nuevo concepto.
Tras una primera era donde los videoclips eran más bien una gran performance o, directamente, una actuación simulando un directo, los años 90 nos trajeron un nuevo paradigma. De repente, este formato audiovisual servía para redefinirte como artista. Ya no era un simple acompañamiento visual, por lo que proliferaron los clips épicos, gigantes y con mucha inversión (sí, Michael Jackson lo hizo con 'Thriller'). Obras audiovisuales dirigidas por los que a la postre ser convirtieron en grandes autores del cine como David Fincher, Spike Jonze o Michael Gondry.
Cuando arrancó la década de los 2000, los resquicios de la época dorada de los videoclips aún perduraban. Los grandes artistas seguían invirtiendo una gran cantidad de dinero en los clips y directores o actores de Hollywood continuaban paseándose por este formato. Pero la década avanzó e internet reventó la industria musical. Por orden cronológico fueron apareciendo Napster (y la piratería), Myspace, YouTube y Spotify. Estos cambios hicieron desaparecer el culto al artista para potenciar lo independiente.
Video kill the radio star, Internet kill the MTV and YouTube reborn the video star
La aparición de las redes, el streaming y YouTube, complementaron los cambios que la industria discográfica estaba padeciendo. Estos avances tecnológicos, más el uso de la narrativa cinematográfica más relacionada con el indie, finiquitaron por siempre el estilo noventero y, al igual que ocurriría con la propia música, democratizaron el medio.
YouTube emergió con fuerza y el poder de lo viral cambió para siempre la industria del videoclip. Gracias a la plataforma de vídeos y las redes sociales, ya no se necesitaba a Christopher Walken bailando al ritmo de Fatboy Slim en un clip dirigido por el propio Spike Jonze. Ni la superproducción que encerraba el 'Music' de Madonna con cameo incluido de Sacha Baron Cohen como Ali G. Pero para llegar a ello, alguien tenía que funcionar como detonante. Ese primer videoclip que se viralizó a través de RRSS para ponerlo todo patas arriba. Y, siguiendo el paradigma, por supuesto tuvo que ser una banda indie.
OK Go - 'Here it goes again'
La universalización de los videoclips comenzó con un grupo de pop alternativo cuyo vídeo acabó siendo más grande que la propia banda. Este cambio no podía empezar de otra manera que así, con un vídeo ultraeconómico, casero y rodado en un plano secuencia (tuvieron que repetirlo 17 veces). Con esta fórmula de idea sencilla y presupuesto reducido, la industria del videoclip comenzó su último viaje.
Beyoncé - 'Single ladies'
El otro gran vídeo que inició esta nueva era. Una ida sencilla que no costaría mucho (más allá del extraordinario talento artístico que muestra). Una cámara da giros sobre Beyoncé y otras dos bailarinas mientras realizan una coreografía. Este 'Single ladies' significó un viaje en el tiempo para la industria del videoclip. A la vez que realizaba un regreso al pasado por el hecho de tratarse de una simple actuación, el poder de las redes lo convirtieron en carne de meme y hasta el gesto de la cantante se universalizó. Un clip que entró directamente en la historia de la cultura pop.
Rihanna - 'Under my umbrella'
Hasta Jay-Z colaboró para mostrar su respaldo a la que era por aquel entonces una artista emergente. El videoclip, anterior a los de Beyoncé y OK Go, ha adquirido más valor con el paso del tiempo. Porque solo ahora sabemos que Rihanna estaba creando su imagen artística con este vídeo. Una visión más adulta donde una simple coreografía con un paraguas y sus correspondientes movimientos contorsionistas la convirtieron en estrella mundial.
Lady Gaga - 'Bad romance'
El que llegó a ser el videoclip más visto de la historia de YouTube (más siete MTV Awards) sigue siendo el clip que cerró la década. Con ecos de eras anteriores, Lady Gaga definió su imagen y estrellato con un vídeo hecho a su medida: excéntrico, decadente y estrafalario. La recién ganadora de un Oscar sentó las bases de la década siguiente e impuso una ley no escrita: si vas a tope con un videoclip, hazlo a lo Lady Gaga.
PSI - 'Gangnam Style'
Como si fuera la versión coreana de una película de Bollywood, este videoclip de PSI incluía una coreografía final. Un baile que se volvió universal y parodiado hasta el cansancio. El vídeo se convirtió en el más visto en la historia de YouTube hasta el momento, alcanzando los mil millones de visitas (ahora ya va por 3.000).
Miley Cyrus - 'Wrecking ball'
"Siempre seré la chica desnuda sobre una bola de demolición". La Miley Cyrus del 2017 ya se arrepentía de la Miley Cyrus del 2013 que reventó internet con esta famosa "wrecking ball". Que la artista reniegue de la obra audiovisual, obedece a dos conceptos que en su caso van cogidos de la mano. Por un lado, Cyrus no ha sido impermeable al nuevo discurso feminista. Y en segundo lugar, el clip de entonces obedecía a una redefinición de ella como icono pop que a día de hoy ya está caduca.
Robin Thicke - Blurred lines
Un caso curioso. De estrenarse hoy en día, en pleno empoderamiento femenino, este videoclip hubiera ido directo a la papelera de reciclaje. Sin embargo, se estrenó en 2013 y sus más de 500 millones de reproducciones dan buena prueba de lo que significó en ese momento (no en vano aparecen en pantalla dos grandes hashtags que ayudaron a viralizarlo). El concepto del vídeo, además de la cosificación de la mujer de la que hace gala, entronca con la nueva línea de la era youtuber del clip: low cost, pocos planos e idea simple.
Pharrell Williams - Happy
Además de la versión para YouTube, el músico pop ideó el concepto del "primer videoclip que duraba 24 horas". Para disfrutar de el vídeo integro, el usuario tenía que visitar una web que ya no existe. Los usuarios podían avanzar o retroceder el día a través de un reloj situado en la interfaz y compartir ciertos momentos a través de sus redes sociales. Otro valor añadido que ayudó a su extrema popularidad fue el hecho de utilizar bailarines anónimos que facilitaban la parodia o versión casera.
Childish Gambino - 'This is America'
El último gran videoclip que nos ha dado la industria musical seguramente será estudiado en una década como el inicio de una nueva era. El talento cinematográfico de Donald Glover se vio traducido en una obra demasiado grande y que encerraba subtextos y mensajes que no puedes acabarte. Su narración disfrazada de falso plano-secuencia, la iluminación, los coros, el story-telling, la denuncia social... Es imposible reducir y sintetizar este vídeo.