Que 'El mal querer' es una obra conceptual cuyo más mínimo detalle ha sido preconcebido con un objetivo concreto e intenciones artísticas, es algo ya conocido. Desde la primera de las letras hasta las bailarinas que acompañan a Rosalía en los clips y directos. El mimo en cada poro del disco está en el aire. Si Canada o Caviar estaban detrás de los primeros videoclips, Filip Custic es el encargado de que cada una de las canciones se explicara con una imagen.
Surrealismo para construir el universo visual del disco de moda
"Lloré cuando la vi en Times Square".
Imagina ser el creador de la portada de un disco cuyo clímax publicitario se produzca a través de uno de los parajes urbanos más icónicos e importantes del planeta. Detrás de la cubierta que dominó el mundo durante unos días, la portada de 'El mal querer', se encuentra Filip Custic. Este tinerfeño con sangre croata, que ya ha trabajado con marcas como Gucci o Palomo Spain, es el responsable de todo el aspecto visual que acompaña el álbum de Rosalía.
Artista disciplinar, su estilo mezcla el surrealismo con el trabajo fotográfico del cuerpo y los objetos. Él lo llama objetismo y así lo definió en esta entrevista en RTVE: "Es la relación que tenemos los humanos con los objetos. Qué significa en nuestra mente cada uno de ellos y qué arquetipos representan". Un término inventado por él mismo que le hace recordar "la sensación visual estética" que quiere comunicar.
Igual que acuñó el término objetismo, Filip Custic también tira de otros movimientos culturales como la patafísica, muy relacionada con la gravedad y la ciencia que desprenden las obras surrealistas de Custic. Esta forma de comprender la realidad, partiendo de la excepción y la incertidumbre, están dentro de 'El mal querer'.
Rosalía y Filip Custic se conocieron por Instagram y conectaron rápidamente. A él, ella le transmitía un mensaje de mujer empoderada. Una imagen que le inspiraba. Por su parte, ella quiso que él creara un universo visual y diseñara la portada del que iba a ser su segundo disco, 'El mal querer'. El resto, si aún no es historia de la música, poco a poco va escribiendo páginas en ella.
