El curioso caso de Poppy, la Lady Gaga de YouTube

El curioso caso de Poppy, la Lady Gaga de YouTube
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Una chica de aspecto frágil que parece sacada de una convención de disfraces de 'Juego de tronos' aparece en pantalla. Esta versión casi robótica de Khalessi se pasa el minuto y veintidós segundos que dura el vídeo comiéndose un algodón de azúcar. La versión digital y millennial del famoso sketch de Tony Leblanc pelando una manzana en la RTVE de los años 70. 'Poppy Eats Cotton Candy' se publicó el 4 de noviembre de 2014, justo hace ahora cuatro años, y supuso la primera aparición de Poppy en la plataforma (aunque el canal se creó en 2011). Por cierto, el clip suma ya más de 3 millones de reproducciones.

El secreto mejor guardado de Internet

A medio camino entre la performance o el hamparte. Allí donde se cruzan la tomadura de pelo, la distopía, la ironía, la burla, la sátira o el puro producto prefabricado. Poppy es el gran secreto de Internet. El código que nadie ha sabido descifrar aún. Una youtuber que ahora juega con el pop o una cantante que jugó con YouTube para publicitar su música. La creadora o creación que cautivó al mismísimo PewDiePie: "One of this channels that are just pretty fucking weird" (no hace falta ni traducirlo, ¿verdad?).

"Thursdays are so boring" fue su segunda publicación y acentuó el camino que ya había anunciado con el algodón de azúcar. En esta ocasión, una aburrida Poppy aparecía acompañada de un par de ¿humanoides? que le pintaban las uñas de una manera mecánica y funcionarial. Ya está. No había más. Pero otra vez, más de un millón de reproducciones.

En su inconexa tercera publicación, "My phone is not plugged in", Poppy ya señalaba en el subtexto cuál era el camino que iba a tomar. O qué podía esconderse detrás del canal de YouTube más parecido a 'Black Mirror' que existe. Esta Lady Gaga youtuber iba a abrirse camino en el mundo de la música y la senda elegida era volarnos la cabeza a través de sus publicaciones en la plataforma.

¿Un canal YouTube ideado para crear un icono pop?

En lo que su popularidad crecía a niveles loquísimos (tiene merchan propio en su site), la discográfica Island Records lanzó el primer single de la youtuber bajo el nuevo nombre artístico de That Poppy. Una nomenclatura que buscaba más lo impersonal, la perfomance y el avatar que se estaba construyendo. El tema, por cierto, se titula "Lowlife".

Producción cuidada (tanto en la música como en el clip), ritmo reggae y arreglos mega-pop para acompañar el estreno de Poppy como singstar. Detrás de todo este misterioso packaging se encontraba Titanic Sinclair, un músico y creador de contenido. La casualidad, o no, es que tras la disolucion de su primera banda, Mars Argo, Poppy apareció en YouTube por primera vez.

Mientras el mito youtuber crecía y otros creadores y canales teorizaban ante la fascinación de unos vídeos que nadie comprendía, la Poppy cantante seguía su camino. Seguramente el original. Actuaciones, discos con reminiscencias a Aqua ('Poppy Computer', 2017)y colaboraciones muy random como las que hizo con Grimes.

Is this the real life? Is this just fantasy?

Mientras Moriah Pereira (su verdadero nombre) sigue gestando su leyenda performática, la polémica persigue este proyecto. Según apuntó el portal TMZ, antes de la Poppy original existía otra youtuber que acusa al propio Titanic Sinclair de robarle el personaje. Al parecer, y según la demanda publicada por el site, la Poppy primigenia se trataría de la ex de Sinclair y, casualidad, integrante de Mars Argo. Sí, el proyecto musical que tenía Titanic justo antes de aparecer Poppy por primera vez.

Mars Argo acusa a Poppy y Sinclair de haber copiado su estilo y canciones. Si echas un vistazo a este vídeo, el rollito aséptico, blanco, limpio y electrónico ya estaban en este primer proyecto. Si es un robo de identidad, una suplantación, el remake encubierto de 'La mano que mece la cuna' o un paso más de la performance de la youtuber más curiosa de la plataforma, es posible que nunca lo sepamos.

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