Anastasiya adoptó una estética que le implica maquillarse una hora al día. Los rasgos físicos de su rostro, finos, casi dibujados, le ayudan en el laborioso proceso. Su cabello, lo tiñe de púrpura, rosa, rojo fuego o cualquier color lo más chillón posible. Pero no te equivoques, ni se trata de un hobbie, ni pretende seguir la moda cosplay, ni se ha inspirado en algún personaje del manga o anime. Ella es así las 24 horas del día.
Esta Anastasiya es más conocida como Fukkacumi, una famosísima youtuber ucraniana afincada en Moscú que alcanza 2,3 millones de seguidores en Instagram y un canal en YouTube con más de 3 millones de suscriptores. Unas cifras que, antes de llegar a ellas, ya te convierten en (ultra) influencer. Un estatus que, salta la sorpresa, te hace objeto de deseo de marcas, empresas y… clínicas de cirugía estética.
"Me ofrecieron una operación a cambio de una colaboración en IG. Lo que pasó a continuación te sorprenderá"
Un 31 julio de 2016, la youtuber recibe un email donde le ofrecen una rinoplastia a cambio de un post en Instagram. Anastasiya, tras unas pequeñas dudas iniciales, olvida momentáneamente la idea y sigue con su vida. El problema es que no le gusta su nariz y acaba sucumbiendo a la propuesta que no era tal. En realidad, la influencer paga 2.300 dólares por una operación que, según marca la clínica de San Petersburgo, cuesta 3.200$. Not bad igualmente.
La rinoplastia, que se vende como una remodelación del aspecto de tu nariz, consiste en cortar el cartílago. Un proceso que le hacen negligentemente a Anastasiya Shpagina, la cual deja de respirar por uno de sus orificios y sufre disneas a los diez minutos de ponerse a caminar.
"Cuando me removieron la férula, descubrí que tenía fóvea (huecos, depresiones de la piel) en el lado izquierdo de la nariz”.
Anastasiya queda herida física y moralmente. Su autoestima alcanza cotas mínimas y los mensajes y comentarios que recibe en Instagram no le ayudan. En uno de sus directos, un extraño personaje no deja de insultarle y reírse de ella. Tras una pequeña investigación de la youtuber, descubre que es el socio del cirujano que le había practicado la rinoplastia. La respuesta que recibe de su médico le perturba aún más: *"Es humor negro, no debes hacerle caso". *
La televisión rusa, amenazas y un proceso de aceptación
Es aquí cuando los fans entran en juego y, según el abogado de los cirujanos, comienzan a sufrir amenazas que sirven de detonante para que ellos hagan un contragolpe y empiecen sus propias intimidaciones contra la youtuber. Paralelamente a esto, Anastasya realiza un par de consultas independientes en otras clínicas y le confirman lo que se temía: su operación había sido un desastre. Habían cortado demasiado cartílago.
La youtuber acude a la tele nacional rusa, donde cuenta su drama y podemos observar con más detalle el aspecto de su nariz. No es Michael Jackson pero es obvio que se la han destrozado. Esta mala publicidad no gusta nada a los cirujanos, los cuales retoman sus malas prácticas mafiosas contra la influencer. Anastasiya tomó una mala decisión, pero imaginad el desgaste psicológico que está sufriendo.
Anastasiya Shpagina decide publicar un vídeo de denuncia por el acoso que está sufriendo. Pone nombre y apellidos al cirujano (Timor Nugaev), a la clínica (Parada) y hasta cuenta que ha recibido notas y mensajes en su propia casa ("vamos a prender fuego a tu puerta"). Una historia que parece sacada de una película de David Cronenberg y con una obvia conclusión a la que llegó (menos mal) la propia Anastasiya: “un buen cirujano no necesita publicidad".
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