Tras el escándalo de Cambridge Analítica y con la nueva legislación europea pisando los talones, Facebook y todo su entramado de redes sociales y aplicaciones se están poniendo las pilas en materia de ¿transparencia?
Con el objetivo de mantener informados a los usuarios de Instagram, Facebook ha actualizado su política de datos, la cual no se alteraba desde 2013.
¿Novedad? Instagram dice que hace con tus datos
Aunque casi nadie se haya detenido a leer de cabo a rabo los términos y condiciones de todo a lo que decimos "sí, acepto", a pocos nos cogió por sorpresa el escándalo de Facebook. ¿Solamente la justicia americana se había percatado de que la publicidad que salía en nuestros móviles era demasiado específica como para responder a las cookies?
Aunque muchos intuyésemos que nuestros datos estaban siendo utilizados con fines lucrativos, en las políticas de uso no encontrabas ni una sola palabra acerca de eso. He ahí el cambio. Ahora, Instagram quiere darle la vuelta a las cosas y decirte "ey, mira que transparentes somos que te lo contamos todo". Pero lo que no te aclaran es que lo cuentan todo "a medias".
Así, reconocen que observan nuestro comportamiento en la app con el objetivo de mejorar la experiencia a nivel de usuario, mostrar anuncios acordes a nuestras preferencias y "ayudar a los anunciantes y otros socios a medir la eficacia y la distribución de los anuncios o servicios". Cuando hablo de que nos cuentan las cosas a medias me refiero precisamente al uso de eufemismos como "ayudar a anunciantes" en lugar de decir "vender...".
Pero no menciona qué pasa con los stories
Desde que Instagram viese la luz allá por 2012 las cosas han cambiado mucho. El filtro Valencia y las fotos de comida mal encuadradas han dado paso a los stories con lengua de perro y las encuestas.
Ahora mostramos nuestra cara en directo, soltamos opiniones a cámara sobre mil temas diferentes y añadimos las coordenadas y la temperatura de nuestra ubicación sin darnos cuenta. A pesar de que los stories ahora tienen mucho más peso que antes, apenas hablan de ellos en la nueva política.
De hecho, en su intento de apostar por la transparencia, la máxima prenda que sueltan es para decirnos que observan "cómo nos movemos por la pantalla en los stories". Y, aunque es una información reveladora, hasta la mejor de las personas pensaría que hay algo más detrás. ¿Para qué utilizan esa información? ¿Realmente el contenido de esos vídeos se destruye tras 24 horas o se quedan almacenados en un servidor a la otra punta del mundo?
Si no te gusta...te enseñan la puerta
Después de hacer un ejercicio de transparencia y mostrarte cuáles son las reglas del juego, Instagram te pide que las aceptes. No hay más opciones. Ni ruegos, preguntas o comentarios en la casilla inferior como si fuese un vídeo de Youtube.
Da igual que no te haga gracia que sepan cómo mueves el dedo índice al ver las stories o que almacenen todos los likes y stalkeos de los que no estás orgulloso. Las normas son las que te han contado y la única salida de emergencia es "desactivar tu cuenta".
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