Ya lo decía Rosalía en Brillo: "he subido quince stories, ¿no lo ves?". En esta canción la conocidísima cantautora explica cómo intenta llamar la atención de la persona que le gusta, entre otras cosas, subiendo numerosas stories a su perfil de Instagram. Basta con hacer una búsqueda en Twitter para ver que, desde la salida de la canción, numerosas personas han compartido esa frase en sus redes sociales una y otra vez.
Y es que sí, cuando se trata de ligar, tontear y llamar la atención del objeto de nuestro deseo, Instagram es, ahora, lo que se lleva. A mí, que ni siquiera he sido usuaria de Tinder, ligar por Instagram me parecía casi como si me hablaran en chino, pero la realidad es que, al mismo tiempo que han ido avanzando las redes sociales y nos hemos ido introduciendo en un mundo más digital también han ido avanzando las opciones y plataformas para ligar.
Ligar en Internet más allá de Tinder
Aunque parece una aplicación más reciente, Tinder lleva en el mercado desde 2012, pero a nuestro país no llegó hasta finales de 2013, principios de 2014. Con el desembarco de Tinder llegó la revolución: todo el mundo soltero (o no) estaba en Tinder, todo el mundo hablaba de Tinder y todos tenían una opinión sobre lo que suponía ligar en una aplicación así, deslizando hacía izquierda o hacía la derecha para descartar o elegir a alguien en base a unas pocas fotos y a un breve perfil.
Tal y cómo contaban nuestras compañeras de Trendencias, con la aparición y uso masivo de Tinder se comenzó a cuestionar si esta no era una manera de acabar con el romanticismo, del ir conociendo a las personas poco a poco y el cara a cara que requerían medios más tradicionales, como la barra de bar.
Sin embargo, Tinder no generó nada que no estuviera ya en marcha. En 2014 la página de contactos Mobiefriends señalaba que uno de cada tres matrimonios que se llevaban a cabo en esa época habían conocido a su pareja en Internet. Tinder llevaba poco más de un año en el mercado en ese momento y menos todavía en España. En 2012, una investigación elaborada por Rosenfeld y Thomas señalaba que desde 1995 el porcentaje de personas que conocían a sus parejas en Internet había crecido de manera drástica, al tiempo que el de personas que se habían enamorado por medios más tradicionales decrecía.
¿Dónde se ligaba entonces? Mientras me documentaba para este artículo me dediqué a preguntarles a mis amigos, conocidos, y seguidores de Twitter, por qué medios habían ligado. Las respuestas abarcaron casi cualquier medio que supusiera interacción entre humanos. Desde aquellos que habían ligado en chats como los de Terra o IRC, pasando por los desaparecidos Fotolog, Messenger, Myspace o Tuenti o los más recientes Twitter, Facebook y, por supuesto, Instagram. Había quien, incluso, había ligado alguna vez en el juego Apalabrados. Lo que me quedó claro es que Tinder nos dio una manera diferente de ligar, pero no había inventado nada.
Las redes sociales y plataformas digitales solo cambian el escenario pero no el juego
Dani, de 21 años, y usuario de plataformas como Tinder o Instagram nos dice que esta última es la red social ideal para ligar con alguien que ya conoces: "una chica que seguías pero nunca surgió hasta que le echaste huevos, (lo mejor) instagram". Tanto él como Juan, de 18 años, indican que la forma de ligar en este medio es dar me gustas a las fotos de la otra persona, hasta que alguien le manda un mensaje directo al otro. A mí, que no he ligado en estos medios, me recuerda un poco a las miraditas en los bares hasta que alguien se atreve a dar el primer paso.
En ocasiones, cuando hablamos de redes sociales y de interactuar en Internet, todavía se debate si supone adoptar actitudes diferentes a las que tenemos offline y casi ser otras personas. Sin embargo, las investigaciones realizadas al respecto sugieren todo lo contrario. Investigaciones como las realizadas por Manso, indican que Internet lo único que hace es ofrecernos un nuevo escenario o contexto donde realizar exactamente lo mismo que hacemos fuera de la red. En nuestra vida tenemos diferentes contextos (trabajo, familia, amigos, etc.) e Internet tan solo es uno más. Es más, las bases emocionales que se ponen en juego parecen ser los mismos y las relaciones creadas igualmente significativas.
Juan, que nunca ha utilizado Tinder ni otras plataformas específicas para ligar, habla de lo interesante que le parece Instagram en ese sentido: "no es una aplicación que esté hecha para ligar, como podrían ser Badoo o Tinder, y, sin embargo me parece de las más interesantes". El motivo que expresa es el mecanismo que se usa: "una persona te da "me gustas" a varias fotos que hayas subido y eso es señal de que esa persona está interesada. Si tú se los devuelves, y si esa persona de verdad está interesada en tí, te lo va a devolver otra vez". Juan habla de esa sensación de ser correspondido. La oportunidad de interactuar con la otra persona, y la correspondencia en el interés son factores a tener en cuenta.
El amor ha sido objeto de investigación infinidad de veces, intentando descubrir cómo y por qué surge. Lo que sabemos hasta ahora es que suele ser una mezcla de proximidad o, más bien, el número de veces que tenemos la oportunidad de interactuar con esa persona - cuánta más interacción, más posible es que surja el agrado y la atracción -, la exposición repetida a esa persona, y [el que sean similares a nosotros tal y cómo explican Mirenger y su equipo en una investigación llevada a cabo sobre lo que ellos llaman egotismo implícito. En contra de la sabiduría popular, los que se atraen no son los polos opuestos, sino los iguales.
Ahora se liga por Instagram en vez de por Tinder o en la barra de bar
Precisamente, puede que sean las características que hacen surgir el amor las que están provocando que, desde la llegada de Tinder hasta ahora, las nuevas - y no tan nuevas - generaciones prefieran encontrar el amor en redes sociales como Instagram o Twitter.
Carlota, una chica de 29 años, que señala no haber ligado nunca por Instagram, pero sí por Twitter y ser usuaria de Tinder lo explica así: "yo creo que redes como tuiter (o Instagram) - más que tinder o que los bares - tienen de bueno que entras en contacto con gente con la que tienes mucho más en común de lo normal". Efectivamente, al contrario que en Tinder dónde encuentras a cualquier persona dentro de los parámetros de edad y distancia que hayas marcado, en redes como Twitter o Instagram tenemos más posibilidades de seguir o ser seguidos por personas más similares a nosotros.
Dani señala que las redes sociales y las plataformas específicas para ligar le ofrecen la facilidad de escoger un prototipo de chica que le gusta: "y, sobre todo, también esa vergüenza que en persona se tiene". Para él, Tinder es una aplicación que se utiliza más para ligar rápido y sin compromiso: "si quieres quedar con una chica para lo que surja la opción es tinder porque realmente no vas a encontrar pareja por mucho que quieras".
Brooke, tiene 34 años y conoció a su pareja actual en Tinder y cree que esta aplicación tiene una ventaja sobre la barra de bar de toda la vida: "en Tinder preseleccionas. En persona hay muchos más riegos. Riesgos de que haya interacción incómoda o incluso riesgo físico. En Tinder hay espacio para la bio, para las redes sociales, puedes googlearle, amigos e intereses mutuos y puedes chatear". Para ella esto da cierto espacio a la investigación - que también tienen otras redes sociales y tiene el método tradicional-. Además, ofrece una forma menos arriesgada de enfrentarnos al rechazo.
Sin embargo, para Dani el riesgo está en que algunas personas no son cómo en las fotos y tienes riesgo de encontrar perfiles arriesgados: "te puedes encontrar gente que te pida cosas poco apropiadas". Nos habla del caso de una amiga que conoció a un chico algo agresivo.
Diego tiene 39 años y pareja desde hace mucho tiempo, por lo que asegura que la última vez que ligó Aznar todavía estaba en el gobierno. Es una de esas personas que nunca ha ligado en ninguna red social y ha tenido que enfrentarse al ligue en persona. Él es tímido y comenta que en persona siempre le costó ligar "he sido muy poco de ligar así por las bravas. Todas mis novias o habían sido muy buenas amigas antes o el proceso de llegar a ser novios duró meses" y ve muchas ventajas al uso de Tinder o redes sociales como Instagram "puedes ser tú mismo sin la limitación que supone estar frente a frente (vergüenza o inseguridades)".
Otra de las cosas que percibe del ligoteo es que, antes de la era digital, si no pedías el número de teléfono de casa quizás no volvías a saber de la otra persona. Sin embargo, ahora es casi imposible no volver a saber de esa persona, lo cual es ventaja y desventaja: "ahora si has ligado con alguien por Internet lo normal es que tengas su Facebook, su Twitter, su Instagram y demás. Es difícil deshacerse de alguien a quien no te apetece volver a ver, aunque, por otro lado, es fácil saber de alguien a quien sí quieres volver a ver".
Efectivamente, redes sociales como Twitter, Instagram o Facebook no solo nos ponen muy al alcance de la mano la interacción con la otra persona - lo tenemos a un click de smartphone - sino que también nos exponen repetidamente a esa persona: por ejemplo cada vez que aparece un tuit suyo en nuestro timeline en Twitter o en nuestro feed de Instagram. Estamos expuestos de manera constante a el objeto de nuestro deseo y viceversa. Ya sabemos que la exposición y la disponibilidad de interacción son dos de las claves que abren las puertas al amor.
Sin embargo, y de manera curiosa, para algunos jóvenes lo que parece de verdad molar a la hora de ligar es hacerlo en persona. Para Rubén, de 19 años, está claro y me lo dice directamente: "lo primero, en persona siempre es mejor". Dani está de acuerdo con él: "yo especialmente, o digamos voluntariamente, no las uso para ligar (las redes sociales) prefiero el encontronazo fortuito que mola más (en persona)". Rubén lo explica así: "el contacto directo tiene un impacto mucho mayor, sobre todo si es una persona que acabas de conocer".
Tal y cómo nos cuenta Dani: "Internet es como jugar al bingo (...) pasas el rato pero no suele valer para mucho". Eso sí, según el joven de 21 años, tiene la ventaja de que es muy rápido a la hora de conocer a la otra persona. Y, si queremos saber si el interés es recíproco, basta con subir 15 stories, como Rosalía, y esperar a ver si el interesado o la interesada nos manda uno de esos directs tan deseados.