Si a mediados de año, Rubius decía hasta luego a YouTube por problemas de ansiedad y estrés, el primer vídeo de Paula Gonu este 2019 gira en torno a las razones que convirtieron 2018 en uno de sus peores años. Y es que, aunque desde fuera pueda parecer que el año que acabamos de cerrar estuvo repleto de éxitos para la youtuber, la realidad, como ella misma dice, no siempre es lo que vemos tras una pantalla.
La cara B de ser una creadora de éxito
"Ha sido mi peor año, en el que todo esto más me ha afectado negativamente a mi estado físico y mental", con estas palabras arrancaba Paula Gonu uno de sus vídeos más duros. La youtuber se sincera con su audiencia para hablar de cómo ha sido su 2018 y reconocer públicamente algo que llevaba ocultando mucho tiempo: su acné.
Aunque a priori pueda sonar superficial el acné además de una cuestión estética es un problema cutáneo en el que la salud está implicada. Según cuenta la propia youtuber, el estrés, la mala alimentación y las pocas horas que ha invertido en su descanso a lo largo de este año han terminado pasándole factura al estado de su piel.
De tal forma que casi sin darse cuenta, poco a poco su piel se fue llenando de un acné severo que le impedía hacer su vida con normalidad y, sobre todo, que "la obligaba" a fingir un aspecto físico que no tenía frente a la cámara. Obviamente ella es consciente de que hay problemas de salud mucho más graves y por eso matiza que, cuando se refiere a "hacer su vida con normalidad", habla de lo doloroso e incómodo que es tener este tipo de lesiones en la cara y más aún cuando te maquillas para verte bien en los vídeos que subes a YouTube.
@paulagonu enseñas MUCHISIMOS valores con tu ultimo video, super or-gu-llo-sa, es genial lo que enseñas y lo que transmites eres genial! MUY genial. Love you💗
— ~J (@gonuejercito) 7 de enero de 2019
Por todo ello y tras un año de reflexión sobre esta cuestión, Paula Gonu lanza un mensaje contra la perfección en las redes sociales abogando porque la gente no se obsesione ni se compare con lo que ven tras una pantalla porque, en muchos casos, la realidad no es lo que vemos, sino lo que nos venden.