Es el apocalipsis. El día que todos temíamos ha llegado y no parece que haya vuelta atrás. Algunos de los youtubers más importantes han anunciado que abandonan la plataforma de vídeos. El primero en publicar su despedida temporal fue Jordi Wild, advirtiendo que otros seguirían su camino. Y no mentía. FernandoFlo, youtuber salvadoreño que tiene más suscriptores que personas en su país, desapareció durante meses sin decir nada hasta su regreso, explicando que se había aburrido de hacer siempre lo mismo y que se había tomado un descanso.
Durante algún tiempo tuvo pinta de ser una de tantas modas de vídeos, como cuando un youtuber intenta llegar al top en el ranking de un juego online y todos hacen exactamente lo mismo. Nada más lejos de la realidad. La noticia estalló como una bomba atómica aquel 24 de mayo. El Rubius anunciaba su despedida temporal “indefinida” como consecuencia de una recaída en sus ya conocidos problemas de ansiedad.
Pero esto no se trata sólo de youtubers. Instagramers e influencers de toda índole denuncian mensajes de odio, pesadumbre y hartazgo generalizado. ¿Qué está pasando? ¿Serán el éxito y la fama los causantes de estos males? Quizá nuestros creadores de contenido favoritos necesiten los consejos de alguien que haya pasado por el mismo problema antes… mucho antes…
Una fama sin Internet ni pulgares hacia abajo
Estamos en los años 90. Suena Smells Like Teen Spirit de Nirvana en el Discman, Windows 95 lo peta y mientras te aseguras de que tu Tamagotchi ya ha hecho caquita, la sociedad espera con terror y desconcierto el “efecto 2000”, la frontera hacia un nuevo milenio inquietante.
La televisión es la ventana al mundo y quienes aparecen por allí son gigantes. Las series del momento son ‘Friends’, ‘Los vigilantes de la playa’ o ‘Salvados por la campana’. Aquellas jóvenes estrellas no tenían suscriptores ni sus actuaciones se materializaban en miles de likes, pero sus legiones de fans eran estratosféricas y la presión a la que se veían sometidos era enorme. Ahora, 20 años después del final de su década dorada, confiesan cómo se sentían y ofrecen algunos consejos que deberían tener muy en cuenta los influencers del siglo XXI.
Jason Priestley
Jason Priestley es un actor canadiense conocido por haber interpretado a Brandon Walsh en la serie ‘Sensación de vivir’ o ‘Beverly Hills, 90210’, una telenovela juvenil sobre los avatares de un grupo de adolescentes con problemas de niños ricos. Priestley, al igual que sus compañeros de reparto Tori Spelling o Luke Perry, fue considerado un icono juvenil por protagonizar una de las series más exitosas de la toda la década, con el debido respeto a ‘Cosas de casa’ o ‘Expediente X’.
Pero como la mayoría de personas, aquel Brandon despreocupado, imberbe y abierto a nuevas tendencias ha madurado, y su visión sobre el mundo de la creación digital es un tanto… dura. Vamos, que no es fan de El Rubius precisamente. Para Priestley, la fama de aquel entonces y la de ahora no se parecen en nada. "Cuando era más joven, la fama era un subproducto del talento, el trabajo duro y la dedicación. Te hacías famoso porque lograbas algo, eras bueno en algo y aplicabas ese talento. Ahora hay Kardashians y estrellas de YouTube, personas que no tienen un talento discernible y nunca fueron a la escuela para aprender a hacer nada. Pero son famosos y obscenamente ricos por esta fama que han creado a partir de nuevas tecnologías que han aparecido en los últimos 15 años". Después de leer estas líneas, queda claro que Jason no va a empezar una carrera de youtuber a lo Will Smith, tal y como te contamos anteriormente en WatMag.
Pese a que los nuevos famosos venidos de Internet no sean de su devoción, tiene algún consejo para que las estrellas de la creación digital se vayan preparando. La fama, según nuestro querido Brandon, "comienza a parecer un tren desbocado y después de un tiempo puedes empezar a sentir que el tren sale de las vías. Una vez que el tren abandona los raíles, es solo cuestión de tiempo antes de que haya un desastre y la realidad se venga abajo”. ¡Qué buen rollo! Viva la positividad y la alegría. Y eso que pretendíamos animar a nuestros pobres youtubers con este artículo. Se nota que los años han pasado muy bien para el guapo de Brandon. Mejor vayamos directos a la siguiente estrella de los 90 anda.
Alanis Morissete
Antes del lanzamiento de ‘Jagged Little Pill’ en 1995, Alanis Morissete era una artista poco reconocida de Canadá. Durante una entrevista, muy parecida a la que tuvo El Rubius con Risto Mejide, desveló que su experiencia pasada de ninguna manera la preparó para el caos que se avecinaba.
"Pasamos de tocar en clubes de 100 localidades a llenar estadios", explica. Gracias a canciones como Ironic o Hand in my pocket ganó cuatro Grammys y vendió más de 33 millones de copias, rompiendo el récord de debut de una artista femenina en Estados Unidos. "Era una persona a la que le gustaba sentarse y observar a la gente, pero entonces me convertí inmediatamente en la observada. Recuerdo mirar hacia abajo mucho. No me reí durante unos dos años". * Alanis considera que existe un trauma en aquellos que desean ser famosos, aunque admite que ella también la estuvo buscando. *"No creo que ocurra por error para nadie, francamente”, se sincera. "La persona traumatizada, en este caso yo, se traumatiza por lo que yo pensaba que sería el bálsamo", dice. "Pensé que todo sería sanado y aliviado por la fama. Estaré menos sola, seré comprendida y amada, y ese amor entrará y sanará cualquiera de las partes rotas”. ¿Es así como se sienten los youtubers y los influencers que abandonan su actividad?
Leonardo Dicaprio
Aunque hoy es uno de los actores más valorados de Hollywood por su capacidad de interpretación, en los años 90 era idolatrado poco más que por ser una cara bonita para pelis románticas. Dicaprio, con su ansiado Oscar bajo el brazo, relata como se sentía en aquella época. “Con 22 años experimenté los extremos de la popularidad y rápidamente me di cuenta de lo vacua e intangible que era. La fama no sirve para nada.”
El actor protagonista de Titanic, una de las películas más taquilleras de la época, ha explicado en diversas entrevistas que el dinero y el poder no son realmente importantes, sino tener una razón para vestirse cada día, tal y como le decía su padre. Por ello, las estrellas nacidas de Internet deben tener estos tips muy presentes a lo largo de su carrera. “Toda la atención mediática del mundo es insignificante si no tienes algo sobre lo que sustentarla. Con el tiempo, lo único que queda es el trabajo bien hecho”.
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