¿Por qué nos encanta tanto 'First Dates'? En pleno 2018, rozando la tercera década del siglo (lo he puesto así para joder y haceros sentir más mayores), con una industria de la televisión súper-evolucionada. Plataformas en streaming, millones de series, películas interactivas, sub-tramas enrevesadas, personajes multi-dimensionales, superhéroes que desayunan café con leche... Pero nosotros lo gozamos con dos personas que tienen una primera cita a ciegas.
La respuesta es más vieja que el propio público de Mediaset. Nos flipa ver las miserias humanas, las historias de amor a lo Disney y sentirnos identificados sin necesidad de ser los protagonistas (y por ende, con la posibilidad de hacer el ridículo). Pero 'First Dates' es de trazo grueso, a (casi) cada participante se le ve venir y no deja de ser un retrato social un poco involuntario.
De sentido del humor sutil pero intenciones más descaradas que las del programa de Cuatro, las viñetas de Daniella Martí cumplen una función similar y directa. Una mezcla casi mágica que engloba una mala hostia envuelta en papel de regalo. Un disparo de CR a trallón pero que si te da en la cara te acaricia.
Las relaciones de hoy en día, que intentan romper las cadenas del heteropatriarcado, forman parte de las viñetas de Daniella. Lugares comunes, algunos más a la vista que otros, que salpican el perfil de Instagram y de Facebook (¡250 mil fans!) de la ilustradora. La ausencia de comunicación o la mala calidad de esta, los roles de género en las parejas y la influencia de las redes sociales son algunos de los leitmotiv de la artista.
