"¿La gente qué piensa de este tío? Pues que es un tío obsesionado con la pasta, las mujeres y la atención"
Esta es una de las primeras explicaciones que da C.Tangana a la hora de hablar sobre las motivaciones de 'Un Veneno'. El bolero que compuso junto al Niño de Elche es mucho más que la polémica de 'Operación Triunfo'. Se trata de una reflexión sobre la fama y la sobreexposición mediática que el intérprete ha desgranado estrofa a estrofa en un encuetro con Genius.
Puchito, ¿cuál es la maña?
A lo largo de los tres minutos de duración que tiene la canción, Tangana trata de dar respuesta a esto. Busca explicar que no siempre ha estado donde está ahora y que nada es gratis. Y aunque a priori, 'Un Veneno' pueda leerse como una canción de amor, es una canción dedicada a los fans.
Antón no solo busca justificar su éxito de cara a todos aquellos que dicen que lo suyo no es música, sino que también se esfuerza en dejar claro a sus seguidores que cada verso, cada nueva canción que compone es para ellos. Para que vean lo que ha conseguido y se sientan orgullosos de seguirle, defenderle y escucharle. Y es precisamente esta ambición por gustar y por agradar la que él mismo define como "ese veneno que lleva dentro".
La parte de la canción que dice "he nacido bohemio, pero tu amor me ha cambiado. Y ahora solo quiero triunfar y ganar y salir en la prensa, la tele y la radio" habla precisamente de cómo ha terminado en rincones artísticos donde no esperaba estar cuando "no era nadie":
"Lo que quiero decir con esta parte de la canción es que yo he nacido bohemio y que a mí lo que me gustaba ser era creativo y artista y, desde pequeño, me he enfocado en eso. Pero la ambición desmedida por querer ser el mejor artista que puedo ser me ha llevado a otro sitio. Y yo era bohemio como probablemente todos vosotros y ahora lo único que queréis es estar aquí en la tele, que todo el mundo os vea, estar en la radio...Tened cuidado con eso porque eso es un veneno.
"Aún recuerdo al chaval hambriento que no invitabais al baile"
"Hace seis o siete años yo no era nadie. Iba puerta por puerta intentando sacar esa movida adelante y no éramos nada respetados. Sobre todo la música urbana en general en mi país era tratada como algo cómico. Todavía hoy nos estamos ganando ese respeto, pero era algo muy muy menos preciado. Y, ahora, les puedo hablar directamente. Me siento orgulloso de estar aquí y de que hace 6, 7, 8 años yo estaba ahí intentándolo y ahora son ellos los que me llaman para invitarme a sus galas y para que me vista con la ropa que ellos quieren vender" explica.
Y es que, además de hablar de cada una de las ambiciones creativas que le han llevado hoy hasta aquí, Tangana se detiene en recordar la hipocresía que existe en torno a la música, las modas y su consumo. Quiénes antes le daban con la puerta en las narices ahora despiertan interés por su trabajo. Son precisamente esas subidas y bajadas al cielo y al infierno las que él intérprete también recuerda en una de las estrofas de su bolero.
"Me parece también bonita la imagen de decirle a la gente que estaban alimentando el veneno. Eso es algo que les ha pasado a muchísimos artistas que por culpa de que la gente les da crédito cuando están mal, ellos se retroalimentándose de eso y se acaban jodiendo y destrozándose [...]
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