Igual que le ocurrió a Steve Urkel en 'Cosas de casa', el personaje de Nancy comenzó en 1933 siendo un secundario de la tira cómica 'Fritzi Ritz'. Su popularidad creciente acabó devorando al protagonista hasta hacer cambiar el título original por el de su propio nombre. Esto ocurrió en 1938 y, desde aquel rebautizo, 'Nancy' se ha seguido publicando de la mano de diferentes creadores. Pero algo ha cambiado desde que la mística Olivia Jaimes tomó los mandos en febrero de 2018.
Nancy 2.0
Algo así como Mafalda o Mortadelo, en Estados Unidos tienen un personaje de cómic que les lleva acompañando desde 1933. Nancy nació como la sobrina obstinada del protagonista Fritzi, pero se robó la tira cómica hasta el punto de rebautizar la historia. Con el paso de los años y la muerte del creador Ernie Bushmiller, los cambios en la dirección fueron desdibujando la personalidad original de Nancy y haciéndole perder su valor.
Tras la salida en febrero de 2018 del último encargado Guy Gilchrist, la tira cómica cayó en manos de una ilustradora de la que se guarda su verdadera identidad como un tesoro. Bajo el pseudónimo de Olivia Jaimes, la nueva Nancy se ha adaptado a los tiempos que corren y ahora es la máxima representación del hedonismo más cínico.
El nuevo enfoque de Nancy la ha convertido en la representación más salvaje de nuestro yo. El personaje ahora solo se rige por la autosatisfacción personal y el narcisismo con el que impregnamos nuestra actividad en las redes sociales. Ese discurso que proyectamos en Twitter o esa feliz foto de Instagram cuyo filtro esconde las miserias humanas.
Nancy, que también se publica en varios periódicos nortemaricanos los siete días de la semana, es definida por su actual autora como una "gilipollas total" que había perdido su camino inicial. Alguien que necesitaba un reborn para volver a consumir "vorazmente" su mundo digital (o no).
La nueva Nancy no solo ha adaptado su lenguaje o su discurso. Más allá de la inclusión que ha hecho Olivia Jaimes de las herramientas tecnológicas (tablets, smartphones, etc), los recursos narrativos han sufrido la misma actualización gracias al uso de recursos como la ruptura de la cuarta pared o la metarealidad.
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