Con el estallido de los reality show a principios de los 2000, muchos vieron en programas como 'Gran Hermano' el filón perfecto para ocupar un asiento en el 'Sálvame' de la época, 'A tu lado'. Algo similar es lo que está sucediendo ahora con la burbuja youtuberil y sus seguidores. Bajo la creencia de que ser youtuber es el chollo que en su día fue ser concursante de 'Gran Hermano' muchos buscan ser la versión a marchas forzadas de personajes ya creados.
No es lo mismo reírte de un estereotipo que fomentarlo
Desde que reflotara el monólogo de Rober Bodegas y medio Twitter tuviese su nombre en la boca, parece que forzar la polémica a través del humor interesa. Si la lías dentro de estos términos, sabes que como poco darás que hablar un jueves en Twitter y, en días donde el diésel y los likes están caros, bajarse al barro para hacer promosió interesa.
Si quieres que tu chiste entre en el debate de los límites del humor primero tienes que "hacer humor" como tal y, de momento, un alegato porque sí en contra de los andaluces es una llamada de atención sin más, un "me meto con algo por hacer ruido". Por no hablar que para rozar algún límite humorístico hay que superar el nivel "chiste de Lepe" y obviar las bromas con el gazpacho o la siesta.
Meterse con la gente como estrategia de contenido
Cuando un nuevo creador comienza su andadura en Youtube, la plataforma le recomienda diseñar un saludo personalizado para utilizar al inicio de cada uno de tus vídeos. Mientras Antón Lofer entra en escena con un "Hola, madafakas", Esty Quesada arranca con su característico "Hola, cachos de mierda". El saludo elegido por Carmen es "Hola, chochitos. ¿Cómo estáis? No me importa".
¿Comienzas a entender porque me refiero a ella como la versión AliExpress de Soy Una Pringada? El tono de la youtuber no solo es una imitación forzosa de Esty, sino que además su contenido gira en torno al mismo tipo de temas: el hateo porque sí. Tal es el parecido que hay un vídeo que intenta ser la versión clickbait de la crítica de Quesada a Carlota Corredera.
Cuando Esty arrancó su trayectoria youtuberil pocos definían su contenido en base al hateo, pero a ella le salía de forma natural y ese fue el secreto de su éxito. De igual modo, no tiene nada que ver hacer un chiste sobre un colectivo con el objetivo de hacer humor (sea dentro de los límites que sean) que diseñar tus publicaciones en torno a la ofensa gratuita con el único objetivo de crecer en followers y conseguir ¿qué? ¿Una taza de Mr. Puterful?
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