Alba Blázquez se define como mujer "que hace cosas", pero yo a esa definición le añadiría delante la palabra artista. ¿Cómo llamas si no a una persona que lo mismo te crea una obra como 'Pussyscater', que pinta sobre lienzo, hace fotos o diseña camisetas?
¿Por qué Pussyscater?
Si echas un ojo muy rápido al perfil de Instagram a la galería de arte de Alba, rápidamente te darás cuenta de que en casi todos sus dibujos está representada la mujer de alguna u otra forma.
Concretamente, la sexualidad de la mujer. No se trata meramente de coños y tetas (que también los hay) sino de un giro de tuerca menos explícito: se aproxima a la sexualidad femenina para romper los estigmas que existen en torno a ella y, sobre todo, para expresar cómo ha evolucionado su manera de entenderla.
"En mi casa el tema la sexualidad siempre ha sido muy tabú y yo, como todos los niños, fui descubriéndola poco a poco. Pero no me liberé completamente hasta que no terminé una relación de 5 años. Y creo que sin quererlo he ido contando ese autodescubrimiento sexual a través de los dibujos" comenta Alba a WATmag.
"Para mí el disfrute del amor libre, sin importarme la etiqueta que puedan ponerme, ha sido toda una liberación como mujer. Si disfrutar de una sexualidad plena, libre y sin prejuicios significa ser una zorra yo lo abandero", opina Alba.
Aunque parezca increíble, Alba no se gana la vida con su marca
Por muy democratizado que esté hoy en día el mundo de la ilustración y por mucho que vendas tus productos en una de las plataformas más conocidas (Tan Tan Fan,) llegar a pagarte el alquiler con los beneficios de tu obra sigue siendo una tarea ardua.
La sección en Tan Fan de @albablazquezyo
Alba se gana el pan trabajando como diseñadora en una productora de televisión y en su tiempo libre dibuja. Por ello, su modelo de negocio no es un modelo de negocio como tal, sino algo que hace por amor al arte y cuyos resultados va moviendo según puede, pero desde la tranquilidad de tener trabajo que le da estabilidad.
"Vivir exclusivamente de la ilustración es muy complicado porque juegas un poco a la locura de lo que te salga y, personalmente, yo no me veo. La idea de pasarme el día en casa ilustrando me agobia porque necesito movimiento y tampoco lo veo demasiado factible", comenta Alba.
Aun así hace fanzines, camisetas, papelería...
Como ella misma dice: "Yo digo sí a todo" Y nada más lejos de la realidad. Además de su trabajo a jornada completa, Alba alimenta su tienda en Tan Tan Fan, una plataforma que permite a los artistas delegar la producción llevándose a cambio una comisión por cada venta.
Pero ese "sí a todo" no solo se queda en la diversificación de producto, Alba también ha conseguido editar fanzines. Sí fanzines. Ese producto que compra un porcentaje muy pequeño de la población lectora, pero que es tan maravilloso que nadie entiende por qué no tiene una distribución mayor.
Aunque los fanzines que Berbolgru ha editado con las ilustraciones de Alba se alejan un poco del concepto de fanzine clásico (dibujos+texto fanático) podríamos decir que molan mucho más:
"Es algo así como un recopilatorio que unifica mis mejores trabajos a través del uso de las analogías. De repente, ves que el editor ha encontrado una relación entre un trabajo de hace un año y otro súper reciente y los maqueta juntos...Y el resultado es una perspectiva totalmente diferente a la mía que mola mucho", concluye Alba.
