Hay días en los que la realidad supera a la ficción y hoy es uno de ellos. El mismo hombre que, hace cinco años, se hizo pasar por enviado oficial de la Casa Real y el Gobierno de España ha fundado un partido político para presentarse a las europeas. Influencia Joven es la apuesta política que pretende defender los derechos de los jóvenes y su líder es Francisco Nicolás.
"Los jóvenes estamos totalmente abandonados"
En un contexto en el que los partidos actuales son incapaces de ponerse de acuerdo para sentarse hablar de algo tan importante como un pacto generacional, llega el pequeño Nicolás y te adelanta por la derecha. Entre risas, promesas electorales y la estética de un meme, Nicolás se apoya en el youtuber Alvaro Valyrio para llegar al electorado que le interesa: la generación Z y los millennials.
Con el partido recién registrado el Ministerio del Interior, Nicolás parece ir más en serio de lo que parece. Con un manifiesto debajo del brazo que se cuestiona preocupaciones tan básicas como ¿Quién va a pagar las pensiones de los jóvenes? el grupo liderado por Nicolás se presenta a priori incoloro a nivel político algo que no juega demasiado a su favor. Estas son algunas de las palabras que recoge su manifiesto.
Influencia Joven no tendrá ideología, sino ideas, que son las que deben guiar la acción a tomar para que ese cambio sea una realidad y no meras palabras vacuas, a las que estamos tan acostumbrados.
Su lema: todos a uno con los emprendedores
Nicolás quiere posicionarse como la punta de lanza de un movimiento que apoya a los autónomos, las start-ups y el autoempleo en general. Influencia Joven defiende la implantación de un bachillerato de emprendimiento y el desarrollo de mecanismos de financiación para que todos aquellos que tengan una buena idea puedan desarrollarla.
La digitalización del Estado es otro de los puntos clave en torno a los que gira Influencia Joven. Según el manifiesto, desprenderse de la burocracia analógica es clave para disminuir los costes de la administración pública y la ejecución en este tipo de procedimientos.
No podemos negar que el desembarco de Nicolás como nuevo rostro de la política nos pilla a todos con un pie cambiado y sin saber muy bien si reír o llorar. El joven madrileño no deja de ser una persona que está acusada de falsedad documental, estafa en grado de tentativa y usurpación de funciones públicas. Por no hablar de otros delitos como tráfico de influencias que le llevarán a enfrentarse el próximo 24 de mayo a un juicio donde le piden hasta 6 años de prisión.
Sin embargo, una cosa sí está clara, Nicolás sabe muy bien qué fibra tocar. En un contexto en el que los jóvenes somos la prioridad menos prioritaria de la política nacional la aparición de un líder político que se promociona por YouTube y te vende mejoras en el autoempleo, puede ser una opción muy atractiva para el electorado más desinformado. Por mucho que "los jóvenes estemos abandonados", como bien dice el propio Nicolás, tampoco se trata de abandonarnos más. Las elecciones son algo que tenemos que tomarnos en serio, no se trata de votar al que más gracia te haga como cuando mandamos a Rodolfo Chikilicuatre a Eurovisión.