Recuerdo ver la rueda de prensa de Operación Triunfo 2018 y sentir cierto rechazo ante la soberbia de Tinet Rubira quien ilusionado alababa las bondades del nuevo plató y aseguraba que esta edición sería tan buena como la anterior. Quizás ahí reside parte del error de cada una de las crisis de esta edición: todos estamos resabiados. Desde los concursantes hasta la propia productora pasando por la audiencia.
"La sensación que tiene la audiencia es que estáis para adentro"
La nula conexión entre espectadores y concursantes llegó a un punto de no retorno la noche del domingo cuando los concursantes se pusieron en huelga delante del dormitorio porque querían irse antes a la cama. Y este es precisamente uno de los fallos: los momentazos dignos de meme tienen lugar en las habitaciones donde no hay cámaras ni micros.
"Hay que darle un margen de que?
— Giada�♀️ (@giadanajarro) 11 de noviembre de 2018
"Si tiene que subir a y media QUE SUBA a y 28."
"Para la alarma no nos dan margen"
ADEMÁS SE INFADAN LOS NIÑOS.
Y cuando Adriá les abrió la habitación, NADIE le ha dicho "gracias", lo miraron calladitos.
Que vergüenza.#OTdirecto11NOV pic.twitter.com/mHXY8ItLUH
La imagen de los concursantes tirados frene al dormitorio enfadó a una audiencia que ya llevaba dos meses con el "meh" tatuado en la frente y derivó en la enésima bronca de Noemí Galera.
La directora de casting hizo leer a los concursantes varios tuits donde los seguidores del programa criticaban tanto la actitud de la huelga del domingo como su trayectoria en el concurso. Y, aunque Galera pretendía limitar su discurso a transmitir la idea de "no estáis aprovechando esta oportunidad", al final, terminó sacando a la luz las cosas que realmente preocupan a la dirección del programa: los concursantes no dan juego, el programa tiene la misma emoción que un documental de la 2 y nada de esto es culpa de Itziar Castro.
Gestmusic no aprende la lección y comete el error de la edición consecutiva
Apenas varias semanas después de concluir la edición de 2017, Gestmusic anunció que habría una nueva edición. Y, aunque a priori aquello parecía la noticia que el fandom estaba esperando...no fue así. En Twitter no había demasiado entusiasmo y un amplio colectivo de seguidores abogaba por retomar el concurso 2-3 años después.
Esta edición ha triunfado, aparte de por los motivos obvios (buen casting, talento...) por otros motivos:
— TunaTunilla (@LadyTunilla) 28 de febrero de 2018
- Altísima implicación emocional
-Formato que ha vuelto descansado después de unos cuantos años
Y esas dos cosas no se pueden repetir en la nueva edición#OTDirecto28F https://t.co/Jy4ZRQAxMs
Será el principio del segundo fin del formato! �
— Fans OT (@GanadorAitana0T) 28 de febrero de 2018
¿Es que no pueden hacer un descanso de 2 años? Está claro que los intereses son otros (dinero y audiencia).
Los nuevos concursantes no tendrán la frescura y la inocencia de estos cuando estén dentro de la academia. #OTDirecto28F pic.twitter.com/Kzl2naklwV
Sin embargo, la productora hizo oídos sordos al deseo de la audiencia y prefirió seguir explotando la gallina de los huevos de oro como hicieron en los años 2000, pero no han tenido en cuenta que el consumo de entretenimiento de hoy no es el mismo que hace 17 años.
Si a un rechazo inicial por parte de la audiencia le sumamos que los concursantes han entrado condicionados por el éxito y la repercusión en redes de sus predecesores tenemos la receta perfecta para que el bizcocho no tenga ningún tipo de éxito. Poco importa en este caso que el horno donde lo introduzcas sea el mejor de todos, si la gente no tiene hambre y los ingredientes que utilizas no funcionan se quedará encima de la mesa.