Quizá no te suenen este nombre y este apellido, Mario Klingemann, pero seguro que has visto por twitter, en youtube o en instagram, alguno de sus trabajos. Hace pocas semanas un tweet de Mario Klingemann se hacia viral en las redes: un ordenador programado por él, a través de diferentes algoritmos había sido capaz de imitar el arte de los grandes maestros de la pintura.
Me llamó la atención, el arte ya no imitaba a la naturaleza, de repente el arte, y sus estilos podían ser imitados. Máquinas capaces de recrear cuadros a través de algoritmos que analizan imágenes de cuadros, y se perfeccionan poco a poco en ese proceso. Klingemann es el creador de un software capaz de imaginar arte, este programa aprendió a extraer modelos para después pasar a crearlos por sí mismo.
Imitar un gato, imitar un Rembrandt
El algoritmo aprende, se vuelcan en él imágenes, una tras otra, por ejemplo de gatitos, y después de aprender que es un gato, el algoritmo es capaz de crear un gato. El algoritmo basa su funcionamiento en saber extraer esos modelos. Así con todo, si le enseñas mil cuadros de Rembrandt acaba sabiendo imitar un Rembrandt. ** El algoritmo sigue un proceso de perfeccionamiento, busca ser capaz de generar cada vez con más realismo las imágenes a las que quiere parecerse.**
Mucha gente se ha llevado las manos a la cabeza, se han rasgado las vestiduras, cuando advertían que los cuadros que Klingemann compartía, eran fruto de un proceso artificial. Nadie había pintado esos cuadros que podrían pertenecer a algún discípulo o al taller de algún pintor reputado. Eran cuadros surgidos tras el análisis minucioso de millones de imágenes y píxeles. El algoritmo que programa Klingemann por explicarlo de forma sencilla aprende a distinguir imágenes.
Si Klingemann quisiera que el algoritmo “pintara” un Rembrandt valdría con que se volcaran todas las pinturas atribuidas a Rembrandt, es así como el algoritmo podría generar un cuadro perteneciente aun estilo o pintor determinado. Lo asombroso es que vale para todo, gatos, casa, parejas, o motivos artísticos, Pietás, La Virgen y el niño Jesús, lo que sea.
“No es mi objetivo generar "el próximo Rembrandt", aunque varias de mis exploraciones podrían sugerir eso. Lo que me interesa de estos experimentos es que mis modelos capturen la esencia de todos los factores que hacen aparecer ciertas asociaciones en los observadores, que lo que están viendo podría ser una pintura y que les recuerda algo que creen haber visto antes, pero que en realidad nunca existió.”
Mario funciona con varios algoritmos diferentes, uno que es capaz de crear el arte de los grandes maestros, uno que re-sitúa modelos en cuadros y otro que realizó para Google Arts and Culture, llamado X grados de separación. El trabajo de Klingemann ha sido tan importante, su algoritmo es tan fascinante que llamó la atención de Google. Para ellos desarrolló el proyecto Diez grados de separación, era un programa que conectaba dos obras cualquiera. Un cuadro, una escultura prehistórica, una vasija o un Monet.
Al igual que el célebre “seis grados de separación” entre personas que proclama que todos los seres humanos estamos conectados unos a otros como maximo por seis personas, el X grade of separation de Klingemann es capaz, analizando el color, y los píxeles y los vacíos de unir cualquier obra con otra a través del tiempo y el espacio. El algoritmo que hizo para Google permite conectar obras de diferentes epocas, autores e incluso obras que están separadas por milenios. Traza puntos de una a otra como si fueran puntos en un mapa. El experimento es tan importante que fue mostrado en el Ars Electronica Festival 2017 en Linz.
.
Mario nos habla un poco de cómo se inició en el mundo de la programación, como acabó trabajando sobre archivos de imágenes. “Las computadoras me han fascinado desde siempre. Aprendí mi primer lenguaje de programación, BASIC, en una calculadora de bolsillo a principios de los años ochenta. Cuando tuve mi primera computadora me di cuenta de que un mapa de bits teóricamente puede mostrar cada imagen que se haya hecho, (dentro de una resolución dada, por supuesto) y todo lo que tiene que hacer para descifrarlos es ir a través de todas las permutaciones de sus píxeles.”
El arte generado por ordenador tiene más de 60 años y aún hoy nos sorprende que haya inteligencia artificial generando artefactos. El arte digital no es extraño en nuestros días pero todavía es un perfecto desconocido. Cuesta leerlo y no sabemos interpretarlo adecuadamente, más aún cuando el autor es una máquina. Congresos, instalaciones, festivales, premios, el new media art, deja de ser una incógnita y empieza a llamar nuestra atención.
No sólo llama nuestra atención, la polémica parece estar a la vuelta de la esquina, cuando justo la prestigiosa casa de subastas Christie’s acaba de anunciar la subasta en Octubre de una obra generada por un algoritmo.
Sin embargo, Mario se desmarca de esta vertiente, no considera lo que él genera Arte. *"Creo que lo que hago cuando entreno a mis máquinas es crear arte de fantasía que trata de parecer arte. Un poco como el mimetismo donde mis imágenes pueden esconderse entre el otro arte "real" y la mayoría de las personas no podrán notar la diferencia.”*****
El trabajo de Mario Klingemann sigue siendo desconocido para mucha gente pero sus logros empiezan a ser una realidad. No solo por su trabajo con Google, mientras charlamos con él, Mario recibe la noticia de que ha sido nominado a los Lumen Prize)**, los premios anuales del arte digital.
Klingemann pasa sus horas entre millones de pixeles y su algoritmo necesita nutrirse de imágenes para poder generar modelos. Dice querer ir más allá, quiere impulsar sus modelos para tener una base sólida desde la que seguir explorando:
“¿Qué sentido tendría poder reproducir los diferentes estilos de los pintores? “ Al final me conviertiría en un cliché visual. Lo veo un poco como un pintor que tiene todas las habilidades técnicas para pintar un retrato "perfecto", pero usa deliberadamente un pincel más grueso o una paleta de colores no naturales.”
Y tú, ¿ Puedes diferenciar entre el cuadro que soñó el artista y el qué soñó la máquina?